1. No irritarse los dos al mismo tiempo. Eso significa la “explosión”. Entre más complicada sea la situación, más es necesaria la calma.
2. No gritar uno al otro, salvo si la casa se prendió fuego. Quien tiene buenos argumentos no necesita gritar; cuanto más grita alguien, menos es escuchado.
3. Si alguien debe ganar la discusión, deje que sea el otro. Perder una discusión puede ser un acto de inteligencia y amor.
4. Si la crítica se hace necesaria, hágala, pero con amor. La otra parte debe entender que lo que se le dice tiene como objeto unir y no separar.
5. Nunca reproche al otro errores pasados. La persona es siempre mayor que sus errores y a nadie le gusta ser caracterizado por sus defectos.
6. Sea indiferente con cualquier persona menos con su cónyuge. En la vida de a dos todo puede y debe ser importante. La felicidad procede de las pequeñas cosas.
7. Nunca ir a dormir sin haber llegado a un acuerdo. Es eso no acontece, mañana el problema será aún mayor.
8. Por lo menos una vez al día diga al otro una palabra agradable. Muchos tienen enormes reservas de ternura, pero se olvidan de expresarlas en voz alta.
9. Si se comete un error, admítalo y pida disculpas. Admitir un error no es humillación. La persona que admite sus errores demuestra que es una persona honesta.
10. Cuando uno no quiere, dos no pelean. Es la sabiduría popular que enseña esto. Pero esta misma sabiduría dice que “dos entrompados no se besan”. Alguien debe tomar la iniciativa y romper el cerco. Tomar la iniciativa es señal de madurez y de amor.